¿Por qué huevos de oca?
Todo comenzó con un viaje en coche por Francia, donde vimos prados cuidados gracias a unos animales que destacaban tanto sobre el fondo como las vacas a las que estamos acostumbrados, pero en este caso con plumas. En nuestras casas siempre ha habido gallinas, pero recordamos la tierra escarbada, y lo que veíamos en ese momento era un prado verde, como un manto cortito de hierba. Y por eso llegaron las ocas a la finca, por ser una forma cómoda de mantener limpio el prado entre los arándanos.
Características generales.
Y después llegaron los huevos, que son espectaculares y grandes, muy grandes.
Las ocas no ponen todos los días, lo hacen aproximadamente un día sí y un día no, y durante una temporada que va de febrero a junio, ya que nuestras ocas no son alimentadas con ningún tipo de estimulante para la puesta.
Tamaño.
Un huevo de oca, equivale como mínimo a dos de gallina, siendo los “pequeños” de 150g-165g, y los que verdaderamente llaman la atención y dan aspecto de pequeños a los anteriores, son esos huevos que alguna vez han alcanzado los 230g!
Sabor.
Como decíamos, se trata de un huevo normalmente el doble o triple de grande que el de gallina XL (que es de 73g mínimo), con una cáscara mucho más dura.
Pero si tu pregunta es respecto al sabor, los hay que dicen que no hay diferencia salvo en la intensidad u otros a los que incluso les recuerda al foie… Nosotros diríamos que en general, tiene más intensidad en la boca.
Propiedades.
Y sí, de todo más: con más calorías y colesterol, pero también con más proteínas, omega 3, aproximadamente el triple de vitamina A y B6 y el doble de vitamina D.
Sobre todo destaca la proporción clara-yema. En el huevo de gallina la yema es aproximadamente un tercio, pero en el de oca es cerca de la mitad… Amantes del huevo frito, el de oca quizás sea vuestro favorito. Se trata de una yema más cremosa, sabrosa, espesa y, al alimentarse las ocas principalmente de pasto, es de color naranja oscuro.
¿Tienes ya el pan preparado?